LOS ADVENTISTAS

Los Adventistas del Séptimo Día

Una Introducción


Breve historia

Basados en una interpretación errónea de Daniel 8:14, en la cual los 2300 días se toman como años, William Miller, un ministro bautista residente de New York, y otros de varias denominaciones en Europa y América, llegaron a la conclusión de que Jesucristo volvería a la tierra en el año 1843.  Miller comenzó a enseñar esto 25 años antes, en 1818.

Cuando Jesucristo no regresó en 1843, Miller revisó sus cálculos y surgió con una nueva fecha, octubre 22 de 1844. Jesucristo tampoco vino en esa fecha. Luego de dos fracasos y cerca de cien mil personas desilusionadas, todo este episodio pasó a la historia con el nombre del “Gran Fiasco” o “Gran Chasco”.

Miller reconoció su equivocación y sus seguidores se desbandaron. De este grupo de gente tres grupos distintos se unificaron para luego formar la Iglesia Adventista del Séptimo Día.  Miller nunca se adhirió a ella, nunca fue, en otras palabras, un adventista.

Estos tres grupos fueron:

1) El grupo liderado por Hiram Edson. Edson reinterpretó la profecía de Miller y dijo que Jesucristo, en vez de venir a la tierra, en esa fecha entró en el lugar santísimo en el templo celestial para iniciar un juicio de obras de todos aquellos que creyeron en él. Esto se conoce como el Juicio Investigador.

2) El segundo grupo era dirigido por Joseph Bates — insistían en guardar el 7mo. día o sábado como parte del paquete completo que consistía en guardar los mandamientos de Dios.

3) El tercer grupo enfatizaba el “Espíritu de Profecía” o “Testimonio de Cristo”, que según ellos tenía que estar presente en la “Iglesia Remanente”. Por “Iglesia Remanente” se  entiende la última parte de la verdadera iglesia antes de la 2da. Venida de Cristo, basados en Apocalipsis 14:6-12; 12:17; 19:10.

Uno de los miembros de este grupo era nada más ni nada menos que Ellen Harmon, llamada más adelante Ellen G. White.

Cada uno de estos grupos trajo al movimiento una contribución diferente: el primero, la revelación acerca del santuario celestial; el segundo, el legalismo recalcitrante, o sea la adherencia a la ley; y el tercero, una profetisa que por más de medio siglo sería de una influencia extraordinaria en la Iglesia Adventista, Ellen G. White.  Muchos aún la consideran como intérprete infalible de la Biblia, esa es la razón por la cual muchos adventistas leen los escritos de White más que la Biblia.

En 1850, James y Ellen White comenzaron a publicar una revista, The Review Herald, a los efectos de diseminar las doctrinas adventistas y sabatistas.  Esto ayudó a muchos “milleritas” a formar una coalición distintiva que adoptó el nombre de Iglesia Adventista del Séptimo Día en 1860, y que se incorporó formalmente en 1863, con aproximadamente 3500 miembros en 125 congregaciones (Encyclopedia of American Religion, Vol. 2, p. 681).

Elena de White: Una profetisa de Dios

Los adventistas declaran oficialmente: “Como la mensajera del Señor, sus escritos son una fuente continua y autoritativa, y proveen para el bienestar, guía, instrucción y corrección de la iglesia.” [The Dallas Statement].

Los escritos de Elena de White son llamados “El Espíritu de Profecía” y “El Testimonio de Jesús”. Los adventistas consideran a Elena de White tan inspirada como los escritores bíblicos, i.e., sus escritos se estiman tan inspirados como la Biblia.

Refutación

La “prueba del ácido” para conocer si Elena de White fue una profetisa de Dios o de lo contrario una falsa profetisa, es Deuteronomio 18:20-22. Este pasaje, resumido en una cápsula, establece que si un profeta anuncia algo en el nombre de Jehová, y ese algo no se cumpliere, es claro indicio de que estamos frente a un falso profeta.

Elena de White afirmó a mediados del siglo 19 que Dios le mostró en visión que la antigua Jerusalén nunca más sería reconstruida (”levantada”)  [White, Early Writings of Ellen G. White, p.p. 74, 75]. Un siglo más tarde Israel fue constituida como nación y Jerusalén fue reconstruida. Sin duda, la señora White profetizó falsamente. ¿Profetizaban de esa manera los profetas de Dios? El espacio no nos permite mostrar todas las falsas profecías de White, pero la documentación es abundante.

Ella es la autora de los libros citados a continuación. Sus obras representan las creencias adventistas actuales. Refiriéndose a sus propios ella escritos declaró: “Los testimonios son del Espíritu de Dios o del espíritu del diablo”. [Testimonies for the Church, vol. 4, p. 230].

Las doctrinas aberrantes de los Adventistas

1) La expiación de Cristo no ha sido completa

“La sangre de Cristo, si bien fue para absolver al pecador arrepentido de la condenación de la ley, no fue para cancelar el pecado … estará presente en el santuario hasta la expiación final”. [Patriarcs and Prophets, p. 357].

“Mientras nuestro Sumo Sacerdote está haciendo expiación por nosotros, debemos procurar ser perfectos en Cristo”. [The Great Controversy, p.623].

“… en lugar de venir a la tierra al final de los 2300 días en 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para realizar la fase final de la expiación preparatoria de Su venida”. [The Great Controversy, p. 422].

Refutación

Las citas arriba mencionadas implican que los pecados de los cristianos aún no han sido expiados, por lo tanto la salvación de los creyentes aún está pendiente. Juan 5:24 es más que suficiente para pulverizar este concepto:
“De cierto de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”
El griego de los manuscritos, traducido literalmente, dice que el que cree “no vendrá a juicio”. Las palabras de Cristo en la cruz, “Consumado es” (griego: tetelestai), en Juan 19:30, son clara indicación de que su obra de expiación fue completa. El término griego expresa la idea de una transacción efectuada en su totalidad (ver también He. 10:26).

Tampoco es cierto que Cristo entró en el lugar santísimo en 1844. En realidad, lo hizo inmediatamente después de su ascención a los cielos (He.10:19,20). Es más, Cristo hizo posible para nosotros que podamos traer nuestras oraciones delante del trono de la gracia (He. 4:15,16).  El trono de la gracia es el propiciatorio localizado en el lugar santísimo (Ex. 26:34).

Pregunta: ¿Cómo pudieron los creyentes tener acceso al lugar santísimo antes de 1844 si Jesús aún no estaba ministrando en él?

2) Los creyentes pasan por un juicio de obras para decidir si son salvos

“En el momento señalado para el juicio …. todos los que han tomado para sí el nombre de Cristo deben pasar por un severo escrutinio. Ambos, los vivos y los muertos, serán juzgados por las cosas que fueron escritas en los libros, según sus obras”.  [The Great Controversy, p. 486].

“Toda causa ha sido decidida para vida o para muerte. Mientras Cristo ha estado ministrando en el santuario, el juicio de los justos que murieron se ha estado efectuando, y ahora es el tiempo de los justos vivos”. [Early Writings, p. 280].

“De modo que en el gran día de la expiación final y el juicio investigativo, las únicas causas consideradas son las de los que profesaron ser pueblo de Dios”. [The Great Controversy, p. 480].

“Cuando los libros de actas se abren en el juicio, las vidas de todos los que creyeron en Jesús son revisadas delante de Dios. Comenzando con aquellos que vivieron primero en la tierra … Todo nombre es mencionado, cada causa minuciosamente investigada. Se aceptan nombres, se rechazan nombres. Cuando alguien tiene pecados aún presentes en los libros de actas, carentes de arrepentimiento y de perdón, su nombre será borrado del libro de la vida, y el registro de sus buenas acciones será borrado del libro de memorias de Dios”. [The Great Controversy, p. 483].

Refutación

Es sabido que todos los creyentes tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, pero éste será un juicio para recibir recompensas por las cosas hechas en el Espíritu, no en la carne (2 Co. 5:10). En otras palabras, seremos juzgados de acuerdo a cómo hemos vivido nuestra vida cristiana, pero no en relación con nuestra salvación. El cristiano no tiene que esperar hasta el final de su vida o hasta su resurrección para saber si tiene vida eterna. La vida eterna del creyente comienza en el momento de su conversión (Jn. 3:36; 6:47). 1 Juan 5:13 dice: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna …”,  no dice “para que viváis miserablemente, ni preocupados por si sois salvos o no, ni para que procuréis ser perfectos para que os vaya bien en el Juicio Investigador”. Vida eterna ahora es la esencia del versículo. Romanos 8:1 dice que no hay ninguna condenación (griego: juicio) para los que están en Cristo Jesús. Esta es la lápida sobre la tumba de la doctrina del Juicio Investigador de los adventistas.

3) Obras + Gracia = Salvación

“El juicio se pone en marcha, los libros se abren, y seremos juzgados según nuestras obras” [Testimonies for the Church, vol. 1, p. 100].   Tenga en cuenta el lector que según Elena de White, éste es un juicio de obras para salvación, no para recibir recompensas.

“Mientras que las buenas obras no salvarán ni siquiera una sola alma, es imposible para cualquier alma ser salva sin buenas obras”. [Selected Messages, bk. 1, p.377].

Refutación

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Efesios 2:8,9.

4) Satanás lleva nuestros pecados

“Se ha visto también que si bien la ofrenda por el pecado señalaba hacia Cristo y su sacrificio, y el sumo sacerdote representaba a Cristo como mediador, el macho cabrío expiatorio tipificaba a Satán, el autor del pecado, sobre quien los pecados del verdadero penitente son finalmente cargados”. [The Great Controversy, p. 422].

“Sus pecados son transferidos al originador del pecado.” [Testimonies for the Church, vol. 5, p. 475].

Refutación

Los adventistas enseñan que el macho cabrío para Azazel de Levítico 16:22-26 simboliza a Satanás, sobre quien todas nuestras iniquidades serán cargadas. Esto implicaría que Satanás al llevar nuestros pecados, sería algo así como nuestro redentor. Justo es decir que esa no es la forma en que los adventistas lo entienden, pero el malentendido surge de basar una doctrina sobre un simbolismo mal comprendido.

Primero, digamos que el significado de “Azazel” no es claro. Algunos dicen que significa “Satanás”, pero otros afirman que debe ser traducido por “alejamiento”, “remoción”, o “enviado”.

Segundo, el texto bíblico no dice que los pecados eran puestos en Azazel, sino en el macho cabrío que era para Azazel.

Tercero, la Biblia enseña que nuestros pecados fueron cargados en Cristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Is. 53:6; Jn. 1:29).

5) Algunos cristianos comparecerán delante de Dios sin la intercesión de Cristo

“Aquellos que aún viven sobre la tierra cuando la intercesión de Cristo cese en el santuario celestial comparecerán delante de un Dios santo sin tener un mediador”. [The Great Controversy, p. 425].

“Cuando Jesús cesa de abogar por el hombre, las causas de todos ya están por siempre dictaminadas. Este es el tiempo de arreglar cuentas con sus siervos”. [Testimonies for the Church, vol. 2, p. 191].

Debido a que comparecerán delante de Dios sin tener un mediador, los adventistas creen que deben alcanzar la perfección antes que Jesús vuelva.

Refutación

La Palabra de Dios contradice esta enseñanza adventista radicalmente. Hebreos 7:24,25 dice que Jesucristo tiene un sacerdocio inmutable, por lo cual “puede salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”.

6) El Sábado es el sello de Dios y aquellos que adoran en Domingo recibirán la marca de la bestia

Es bien sabido que los adventistas enseñan el guardar el sábado. Lo que no es bien sabido es que  enseñan que el sábado es el sello de Dios, y aquellos que adoran en domingo antes del rapto recibirán la marca de la bestia. Ultimadamente, de acuerdo con la teología adventista, la salvación en los últimos días dependerá del día en que usted adore.

“La institución divina del sábado será restaurada … La entrega de este mensaje precipitará un conflicto que involucrará al mundo entero. La cuestión central será la obediencia a la ley de Dios y la observancia del sábado … Aquellos que la rechacen, eventualmente recibirán la marca de la bestia.” [SDA Believe ..., pp. 262-63].

En una de sus más reverenciadas obras, Elena de White escribió que la observancia del sábado sería “la línea de distinción” en la “prueba final” que separará a aquellos que en los últimos tiempos “recibirán el sello de Dios” y son salvos, de aquellos que “recibirán la marca de la bestia”. [The Great Controversy, p. 605]

Refutación

Es evidente que según los adventistas, la observancia del sábado y no la fe en Cristo, traza la línea divisoria entre los salvos y los perdidos en los tiempos finales. Esto es la antítesis del evangelio (Ro. 3:21-26; 4: 4-6, 23-24; 5:1; Gál. 2:16; 3:26; 5:1-6; Ef. 2:4-10; Col. 1:13-14; 2:13-14).

Sumado a esto podemos agregar con respecto al sábado:

a) En Romanos 14:5-6; Gálatas 4: 9-11 y Colosenses 2:16, la Palabra de Dios expresa claramente que no se debe juzgar a nadie por los días que guarda.

b) Los cristianos no estamos bajo la carga de la ley mosaica. El Espíritu de Cristo nos hace aptos para hacer la voluntad de Dios sin estar sujetos a las demandas externas de la ley. Gálatas 5:1 dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.

c) Los padres de la Iglesia del segundo y tercer siglo estaban prácticamente en unanimidad con respecto al día de reposo. Con algunas diferencias de opiniones con respecto a su significado, todos estaban de acuerdo en que no tenía jurisdicción sobre los cristianos. Ignacio, obispo de Antioquía y discípulo del apóstol Juan, dijo en el segundo siglo: “No seáis engañados por doctrinas extrañas ni por fábulas; porque si aún vivimos de acuerdo a la ley judía, estamos admitiendo que no hemos recibido la gracia.” Continúa diciendo: “Aquellos que hemos tomado posesión de una nueva esperanza, ya no observamos el sábado”. [The Ante-Nicene Fathers," vol. I, pp. 62, 63]

d) Por último, digamos que el día de reposo, según Deuteronomio 5:15, está relacionado directamente con la redención de Israel. El verso dice: “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido, por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo”. Hoy los cristianos recordamos que nuestra redención fue lograda en la cruz por la muerte de nuestro Redentor, el Señor Jesucristo.

7) El sueño del alma

Los Adventistas del Séptimo Día enseñan que cuando el creyente muere, su alma “duerme” hasta el día de la resurrección:

La muerte es un sueño. La muerte no es una aniquilación completa, es solamente un estado de inconsciencia temporal mientras la persona espera la resurrección. La Biblia llama repetidamente a este estado intermedio un sueño”. [Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, p. 408]

Refutación

En Filipenses 1: 23-24, Pablo dice que el vivir es tener comunión con Cristo, lo que en sí es bueno, pero al morir físicamente le llama “ganancia”. En otras palabras, el morir no significa perder comunión con Cristo, tal como enseñan los adventistas. Cuando Pablo dice que el “morir es ganancia”, indica que luego de la muerte física tendrá una comunión más cercana con Cristo; eso es lo que “ganancia” significa.

Si morir es dejar de existir, ¿cuál es la ganancia? Pablo no está hablando de una resurrección futura. ¿Cómo sabemos eso? Porque en 2 Corintios 5: 6-8, Pablo establece que para el cristiano, estar ausente del cuerpo equivale a estar presente con el Señor. Cuando el cristiano muere, su naturaleza inmaterial pasa inmediatamente a estar en la presencia de Dios en forma consciente.

 8) Negación de la doctrina del infierno

Los adventistas no enseñan la doctrina bíblica del infierno. Al igual que los Testigos de Jehová, enseñan que los inconversos serán aniquilados. De esta forma niegan la doctrina bíblica del castigo eterno en el infierno para aquellos que rechazan la salvación de Cristo.

Refutación

El Dr. Ron Rhodes. en su artículo “La Aniquilación”, publicado en Apología Cristiana, vol. 4, no. 2, Abril - Junio 2000, expresa:

“Hay muchos pasajes que refutan el aniquilacionismo. A manera de ilustración seleccionaremos solamente un pasaje fundamental - Mateo 25:46: ‘E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.’”

“No importa cuánto podamos estirar nuestra imaginación, el castigo del que habla Mateo 25:46 no puede ser definido como una extinción de estado de consciencia sin sufrimiento. En verdad, si hay carencia de sufrimiento, también la hay de castigo. Seamos claros en esto: castigo implica sufrimiento, y sufrimiento necesariamente implica estado consciente.”

“El erudito bíblico John Gerstner nos dice que ’se puede existir y no ser castigado, pero no es posible ser castigado y no existir. Aniquilación significa la destruccción de la existencia y todas las cosas que se refieren a la existencia, entre ellas, el castigo. La aniquilación elimina el castigo en vez de determinarlo.’”

“¿Cómo sabemos que el castigo aludido en Mateo 25:46 no representa una extinción del estado consciente o la aniquilación? Hay muchas evidencias. Por ejemplo: consideremos el hecho de que no hay grados de aniquilación. Una persona es aniquilada o no es aniquilada. Las Escrituras por el contrario, enseñan que habrá grados de castigo en el día del juicio (Mat. 10:15; 11:21-24; 16:27; Luc. 12:47-48; Jn. 15:22; Heb. 10:29; Apoc. 20:11-15; 22:12).”

“El mismo hecho de que la gente sufrirá varios grados de castigo en el infierno muestra que la aniquilación o la extinción de la consciencia no es lo que Mateo 25:46, ni ningún otro pasaje de la Escritura, enseña. Estos son conceptos incompatibles.”

 

por Pablo Santomauro

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